CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA

Con la Constitución Apostólica Immensa (22 de enero de 1588) Sixto V erigió la Congregatio pro universitate studii romani para gestionar los estudios de las Universidades romanas y otras insignes Universidades (Boloña, París, Salamanca, etc.). León XII, con la Constitución Quod divina sapientia (28 de agosto de 1824), creó la Congregatio Studiorum responsable de la escuelas del Estado Pontificio. Desde 1870 esta Congregación comenzó a ejercitar su autoridad además sobre las Universidades Católicas. La reforma de San Pío X (Constitución Apostólica Sapienti Consilio, 29 de junio de 1908) confirmó tal misión. Benedicto XV, con el Motu Proprio del 4 de noviembre de 1915, elevó la sección de los Seminarios, perteneciente a la Congregación Consistorial, al rango de Congregación y la unió a la Congregatio Studiorum, dándole el título de Congregatio de Seminariis et Studiorum Universitatibus. Con la Constitución Apostólica Regimini Ecclesiæ Universæ, del 15 de agosto de 1967, Pablo VI le confirió el título de S. Congregatio pro Institutione Catholica agregando una tercera Oficina, dedicada a las Escuelas Católicas.
Junto a esta Congregación fue erigida la Pontificia Obra para las Vocaciones Sacerdotales (Motu Proprio de Pío XII Cum nobis, del 4 de noviembre de 1941), cuya acción recibió mayor impulso e ilustración gracias al Decreto Conciliar Optatam totius, n. 2 (28 de octubre de 1965).
La Constitución Apostólica Pastor Bonus, del 28 de junio de 1988, cambió el nombre de la Congregación en Congregación para la Educación Católica (de los Seminarios e de los Institutos de Estudio), confirmando sustancialmente la competencia que le había confiado la Regimini Ecclesiæ Universæ.
Con la Carta Apostólica, en forma motu Proprio Ministrorum institutio del 16 de enero de 2013, Benedicto XVI transfirió a la Congregación para el Clero las competencias relacionadas a la promoción y gobierno de todo aquello que concierne con la formación, con la vida y el ministerio de los presbíteros y de los diáconos, con la pastoral vocacional y la selección de los candidatos a la santas Órdenes, incluyendo la formación humana, espiritual, doctrinal y pastoral en los Seminarios y en los centros para los diáconos permanentes, hasta la formación permanente. A pesar de esto, la Congregación para la Educación Católica, en relación con la formación sacerdotal, es competente sobre la ordenación y planificación de los estudios académicos de filosofía y teología.
Luego del mencionado documento, el nombre de la Congregación fue modificado pasando de Congregatio de Institutione Catholica (de Seminariis atque Studiorum Institutis) a Congregatio de Institutione Catholica (de Studiorum Institutis).
La Pontificia Obra para las Vocaciones Sacerdotales ha sido transferida a la Congregación para el Clero.
La competencia de la Congregación para la Educación Católica se explica en dos sectores: a) sobre todas las Universidades, Facultades, Institutos y Escuelas Superiores de estudios eclesiásticos o civiles que dependen de personas físicas o morales eclesiásticas, así como también, sobre las Instituciones y Asociaciones con finalidades científicas; b) sobre todas las Escuelas e Institutos de instrucción y de educación de cualquier orden o grado pre universitario que dependen de las Autoridades Eclesiásticas, cuyo objetivo es la formación de la juventud laica, excluyendo aquellas que dependen de la Congregación para las Iglesias Orientales y de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
En el interno de la Oficina para las Universidades está presente un Departamento para los Organismos Internacionales con la misión de seguir las actividades internacionales de dichos Organismos y, en modo particular, los Acuerdos o Convenios de la Santa Sede con los varios Países relacionados con el reconocimiento de los estudios y de los títulos académicos.

El Papa Francisco instituye mediante la constitución apostólica Praedicate evangelium, del 19 de marzo de 2022, por la que reforma la curia romana el Dicasterio para la Cultura y la Educación.

El Dicasterio para la Cultura y la Educación trabaja para el desarrollo de los valores humanos en las personas en el horizonte de la antropología cristiana, contribuyendo a la plena realización del seguimiento de Jesucristo.

El dicasterio está compuesto por la Sección para la Cultura, dedicada a la promoción de la cultura, la animación pastoral y la puesta en valor del patrimonio cultural; y por la Sección para la Educación, que desarrolla los principios fundamentales de la educación con referencia a las escuelas, a los institutos superiores de estudios y de investigación católicos y eclesiásticos. Es competente para los recursos jerárquicos en estas materias.

La Sección para la Educación apoya a los obispos diocesanos y eparquiales, conferencias episcopales y estructuras jerárquicas orientales en el establecimiento de las normas según las cuales deben erigirse las escuelas católicas de todo orden y grado y, en ellas, se deba garantizar también la pastoral educativa, como parte de la evangelización. Promueve la enseñanza de la religión católica en las escuelas.

Los actuales Superiores del Dicasterio son:

Prefecto: Emmo. E Rmo Sig. Card. José Tolentino de Mendonça.

Secretario de la Sección para la Cultura: Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Tighe Paul Desmond

Secretario de la Sección para la Educación: Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Giovanni Cesare Pagazzi

Subsecretaria: Dª. Antonella Sciarrone Alibrandi

 

Se fundó el 1 de junio de 2022

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